« Cuando creces rodeado de amor y respeto, no quieres ir a la guerra. El mal no está necesariamente inscrito en la naturaleza humana. (pág. 67) »

« `...` no puede haber ira o revuelta del niño contra esta manipulación disfrazada, ya que no es capaz de detectar la manipulación. Sólo puede despertar en él sentimientos de miedo, verguenza, inseguridad y desorden, que sin duda olvidará pronto, una vez que haya encontrado a su propia víctima. »

« La historia de la Creación se ha centrado para mí, desde mi infancia, en la manzana, en la fruta prohibida. No podía entender por qué a Adán y Eva se les había prohibido buscar conocimiento. Para mí, el conocimiento y la conciencia siempre han sido algo positivo. Me pareció ilógico, por lo tanto, que Dios prohibiera a Adán y Eva descubrir la diferencia esencial entre el bien y el mal. Posteriormente, aprendí diferentes interpretaciones de la historia de la Creación, pero mi revuelta infantil continuó. Intuitivamente me negué a considerar la obediencia como una virtud, la curiosidad como pecado, y la ignorancia del bien y del mal como el estado ideal, porque para mí, la manzana del Conocimiento fue capaz de identificar el Mal y por lo tanto representó la liberación, y por lo tanto el Bien. Sé que hay innumerables explicaciones teológicas de las razones de los mandamientos divinos. Pero estas justificaciones me parecen demasiado a menudo para reflejar la actitud del niño aterrorizado que trata de creer que todo lo que hacen los padres es bueno, una marca de afecto, incluso cuando él no entiende sus acciones y no puede entenderlas, porque los propios padres no son conscientes de sus propias motivaciones, enterrados en las profundidades oscuras de su propia infancia. »