« En el vehículo que le ofrecerá su primer y último viaje; El puente es demasiado empinado. Una grúa está allí para ponerte en el contenedor de basura; Las correas que te levantan te duelen horriblemente, pero estás tan cansada que apenas gimes. Doce esclavos lecheros, después de haber llegado a su fatal retiro, están cargados contigo en este vehículo funerario. La longevidad de una vaca como tú es veinte años, si su condición de vida es pacífica, pero tu esclavitud te agota mientras estés al final del camino en sólo cinco años. Tienes cinco años. »
|
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos |
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos
|
« El día está menguando. Pronto, en la espesa oscuridad, se oye la cacofonía de cientos de gemidos y se siente el ajetreo olfativo y el bullicio de todas esas presencias que liberan feromonas de angustia. Sus cortas vidas están meticulosamente programadas. Tus hechizos están sellados. La hora de tu muerte se espera mucho antes de que nazcas. Tu tiempo en el corredor de la muerte está planeado. Tu carne y tu piel ya están reservadas por tiendas de carne y curtidurías. No hay razón para ser movido por ella, los consumidores y los consumidores le dirán; el león se come la gacela, así son las cosas. Algunos añadirán, con una imitación fatalista que subraya la relevancia del tema, que las plantas también sufren. »
|
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos |
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos
|
« Su testosterona y cuernos fueron un problema para la función que se le da, para el uso al que su cuerpo está destinado. Tienes que conocer esta idea: este cuerpo que habitas, porque naciste en él, pero no es tuyo. No tienes poder sobre él, ni siquiera tienes el usufruit. Pertenece a la humanidad que hará lo que quiera hasta tu muerte y especialmente después. No eres más que un recurso que se transformará en carne de celofán, zapatos, carteras, cinturones, sofás, bolsas de fertilizante... Ya son estos objetos en estoy en la fabricación. »
|
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos |
Boris Tzaprenko
Mírame a los ojos
|