« Puedes negarte a dejar ir la vida. Y enciérrate en un problema, o pseudo-problema, y no quieras dejarlo ir hasta que lo hayamos resuelto. Lo llamamos "perseverancia neurótica", que es un término psicológico bastante explícito. He aquí un pequeño ejemplo dado por un psicólogo de mis amigos en su libro sobre la conciencia, precisamente: buscar sus llaves durante dos minutos es un comportamiento adecuado; buscarlos durante dos horas es mucho menos. Y buscarlos todo el día ya no es nada. Es mejor entonces aceptar que se han perdido, dejar que se aleje el tiempo o avanzar hacia otra solución que seguir mirando. De esta manera, convertimos muchas dificultades que deben permanecer benignas en grandes problemas existenciales. Estas llaves perdidas se convierten en la encarnación transitoria de mi desgracia y mi destino como un ser humano infeliz y víctima de un destino contrario. ¡Pero la vida puede seguir, incluso si no hemos resuelto todos nuestros problemas! »
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Christophe André
Estados del alma: Aprender sobre la serenidad |
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« La meditación facilita un cambio de actitud y convicción. Porque conduce a la apertura, la curiosidad y la aceptación de lo que es. Facilita la tolerancia de la diferencia y la comprensión de los demás, mejor que la mera información: porque la información sólo funciona con personas flexibles, receptivas. Un estudio mostró que una forma particular de psicoterapia basada en la aceptación y la atención plena (de la que hablamos) podría conducir a una mejor evolución de los prejuicios. »
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Christophe André
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« Y luego, como hemos visto, uno puede simplemente querer rechazar el dolor de ciertos momentos de la vida. Negarse a experimentar la experiencia del sufrimiento, o desagradable, simplemente. Así que, ante los estados de ánimo dolorosos, podemos reaccionar como un cirujano: para eliminar el problema cortamos de par en par y lo eliminamos todo. Para no sentir esta tristeza o preocupación en mí cuando me dejo ir un poco, o cuando no hago nada, evito dejarme ir, o no hacer nada. Para no sentir lo desagradable, trato de no sentir nada en absoluto. Me estoy cegando, me estoy poniendo duro. Me privé del sabor de la vida porque una vez fue amargo. Estas filtraciones no cambiarán nuestras vidas, si deben serlo. Sólo nos harán esperar, esperar, hasta la muerte -algunos pesimistas dirán que no es lo suficientemente malo- o hasta una explosión posterior, una crisis, una depresión. No presente, no consciente, ¿cómo podríamos entonces ser felices? En el mejor de los usos, a veces se alivia, satisfecho, no demasiado infeliz... »
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Christophe André
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