« Decir que el hombre se apresura a cometer atrocidades tan pronto como se despliega la bandera, y esto en virtud de una parte instintiva de la naturaleza humana, sería una excelente defensa para aquellos acusados de violar los principios de la Convención de Ginebra. Aunque estoy seguro de que Lorenz no tiene intención de defender las atrocidades, sus argumentos, sin embargo, conducen a tal alegato. Su enfoque paraliza la comprensión de los sistemas característicos en los que están arraigadas estas atrocidades, así como la comprensión de las condiciones individuales y sociales que causan su desarrollo. »
|
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana |
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana
|
« Afirmar que uno sólo puede odiar donde uno ha amado es transformar el elemento de verdad contenido en esta declaración en un mero absurdo. ¿Odian los oprimidos al opresor, la madre odia al asesino de su hijo, el torturador odia a su torturador porque lo han amado en el pasado o porque todavía lo aman? (Sobre las teorías de Lorenz) »
|
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana |
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana
|
« Terminología el uso equívoco del término "agresión" ha creado gran confusión en la abundante literatura dedicada a ella. La palabra se ha aplicado indiscriminadamente al comportamiento del hombre que protege su vida de un ataque, al ladrón que mata a su víctima para que se lleve su dinero, al sádico que tortura a un prisionero. La confusión va aún más allá: la palabra ha sido aplicada al enfoque sexual de la hembra por el macho, a los impulsos que llevan al montañero o representante comercial a seguir adelante y al campesino que arar la tierra. Esta confusión puede deberse a la influencia del pensamiento conductualista en psicología y psiquiatría. Si la "agresión" se llama todos los actos "dañinos", es decir, aquellos que tienen el efecto de dañar o destruir un objeto inanimado, una planta, un animal o un hombre, es obvio que la calidad del impulso que conduce al acto dañino pierde todo significado. Si los actos cometidos con la intención de destruir, con la intención de proteger y los que tienen un propósito constructivo son designados por una sola palabra, es obvio que no se puede esperar entender su "causa"; no tienen una causa común porque son fenómenos totalmente diferentes entre sí. (Nota del editor: resiting el libro en su tiempo, 1973) »
|
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana |
Erich Fromm
La pasión por destruir: Anatomía de la destructividad humana
|