« Nuestra sociedad occidental contemporánea, a pesar de su progreso material, intelectual y social, se está volviendo rápidamente menos adecuada para la salud mental y tiende a socavar, en cada individuo, la seguridad interna, la felicidad, la razón, la capacidad de amar; tiende a convertirlo en un autómata que paga por su fracaso a nivel humano por enfermedades mentales cada vez más frecuentes y una desesperación que se esconde bajo un frenesí de trabajo y supuesto placer. »

« Es esencial aprender a formar juicios críticos, siendo la mente crítica la única arma que preserva al hombre de los peligros de la vida, su única defensa. Carecer de una mente crítica es exponerse a influencias, sugerencias, errores y mentiras generalizadas, que se adoctrinan desde la primera hora. No somos ni libres ni nosotros mismos, no entramos en el corazón de nuestro ser, hasta que hemos desarrollado nuestro juicio crítico, y en cierto sentido también un cierto cinismo. »

« El pensamiento crítico no es una diversión, sino una facultad. Uno no puede divertirse teniendo la mente crítica del filósofo, diciendo en ciertos momentos del día: "Soy un filósofo, ahora tengo una mente crítica", y despojándolo cuando regresa a casa, después de su trabajo diario. El pensamiento crítico es una cualidad, una facultad, una forma de acercarse al mundo, un comercio con todo. La crítica no es de ninguna manera sinónimo de hostilidad, negativismo, nihilismo. Por el contrario, la mente crítica está al servicio de la vida, ayuda a eliminar individual y socialmente los obstáculos a la vida que nos paralizan. Para ser críticos en un mundo que nos lo hace difícil, se necesita coraje. »