« Emile está junto a la cama de su esposa y sigue sollozando; finalmente, aprovechando su última fuerza, se para sobre su codo y dice: "¡Emile, Emile, no puedo ir a enfrentarme a mi Creador sin confesar mi pecado!" Y el marido, afligido, la calma: "Ahora no, querida, descansa." Pero ella insiste: "No puedo, debo confesar, sin ella mi alma no conocerá la paz. Te engañé, Emile, aquí en esta casa, no hace un mes... Entonces el marido le tranquiliza: "Cállate, shhh, cálmate, lo sé, lo sé. ¿Por qué si no te envenenaría? »
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Isaac Asimov
El robot que soñó |
Isaac Asimov
El robot que soñó
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« Si fueras una ameba, capaz de concebir la individualidad sólo en relación con las células autónomas, y si preguntaras a una ballena, formada por quatrillions celulares, si fuera uno o más, ¿cómo respondería la ballena a ti de una manera comprensible para una ameba? »
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Isaac Asimov
El robot que soñó |
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