« Desde el momento en que mi hemisferio izquierdo recuperó el pelaje de la bestia, parecía natural acusar a otros, o simplemente la fuerza de las cosas, de mi estado de ánimo. Sé, sin embargo, que nadie puede obligarme a sentir nada excepto a mí mismo. Nada fuera de mi conciencia tiene el poder de quitarme la tranquilidad. Esto depende de mí. ¡Lejos de mí controlar todo lo que me pasa! Sin embargo, depende de mí y de mí decidir cómo miro mi experiencia. »
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Jill Bolte Taylor
Viaje más allá de mi cerebro |
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« Tuve que recorrer cinco kilómetros seguidos varias veces a la semana cargando pesas durante cuatro años antes de encontrar una marcha flexible y natural. »
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Jill Bolte Taylor
Viaje más allá de mi cerebro |
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« Al año siguiente, el octavo después de mi trauma, mi percepción de mi cuerpo cambió: ya no me sentía fluida sino fuerte. Empecé a esquiar en el agua: pedir a mi organización un esfuerzo hasta el límite de sus habilidades me permitió consolidar el agarre de mi mente en mi cuerpo. Debo confesar que, a pesar de mi alegría de volver a sentirme fuerte, echo de menos no verme a mí mismo como un fluido y no recordarme constantemente que somos uno con el resto del universo. »
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Jill Bolte Taylor
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