« Que el laicismo no es un Pentecostés de la Razón, autopropulsado y autosuficiente, la historia de nuestro país lo ha demostrado demasiado. Fue el "amor sagrado de la patria", más que las matemáticas, lo que permitió que los crucifijos fueran retirados de los tribunales y las escuelas. Sin piedad republicana, ¿habría tenido éxito en nuestras profundidades campesinas la no profesión que está en su fondo el laicismo -que a menudo se confunde, debido a su baño de nacimiento, con una lucha antirreligiosa que no es de ninguna manera-? Los promotores de este nuevo marco institucional (como Ferdinand Buisson) eran conscientes de que un estado educador asume una religión civil, que habla al corazón nada menos que a la inteligencia. El suyo se llamaba "Deber y Patria". "La Patria juega en la escuela secular", comentó un testigo, "el papel reservado a Dios en la escuela congregada". »
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Régis Debray
El Fuego Sagrado |
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« El diálogo de las culturas que se hace de malentendidos, un filósofo analítico de inspiración anglosajona puede persuadirse a sí mismo para ser terminado con una religión por haber demostrado la locura de su sistema de evidencia. Llegará un día en que un chií en Turbane sentirá que ha terminado con un positivismo lógico porque ha señalado la locura de su sistema de ayuda mutua. De estos quiproquos, lo mejor de Occidente es el primero: tratar las religiones como malas filosofías. Quien se burla de la debilidad de la evidencia de la existencia de Dios se fija en la punta del iceberg, pero es el submarino el que lo hace flotar bien. »
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Régis Debray
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« El concepto de comunidad es un concepto de metal (como se ha llamado "metafísico"). El 'meta' se expresó primero en forma de 'mito', luego 'theo', y recientemente 'ideo'-lógico. Tres avatares históricos de un principio aparentemente estructural de incompleto, según los cuales ningún todo puede "cerrarse" con los elementos actuales de este conjunto. Mantiene su cohesión desde un punto de despreotable, fuera de su punto de existencia inmediato. De ahí una especie de ley de retraso, según la cual ya ha tenido lugar el momento de excelencia, el progreso siempre se está poniendo al día. El neo sería entonces un arqueo que se ignora a sí mismo, y la nostalgia, una dinámica. »
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Régis Debray
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