« Tienes que ser ingenuo como un inglés para imaginar que Wellington ganó la batalla de Waterloo. Con su "llano triste", fue Víctor Hugo quien limpió el suelo, y Cambronne, la afrenta. Gamelin contra Rommel, inútil, no somos grandes. Elegido contra Goebbels, vamos, es sostenible. Alejandría, nuestra tierra alta, no miente. ¿Por qué envidiar la supremacía recurrente del Teutón, este ser frustrado y pesado con un cuello afeitado, si el peludo Astérix siempre puede salir de su tronco una corneta con un zigoto brillante para correr detrás de él. O un acordeón, para los piafs de Belleville. Salgamos de Berlín con finanzas, acero y máquinas herramienta. Mantengamos el cordón rojo Mumm, la rima a Jermadeth y los títulos de piruetas. La rima ganará. »
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Régis Debray
Señora H. |
Régis Debray
Señora H.
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« A una edad en la que la sujeción está destinada normalmente a "interrupción de todos los sentidos", "cielos relámpago", "nieve deslumbrante" y "pelo de las manijas", juré en petto dar prioridad a la defensa del territorio. Extrañamos a la gran dama, tuvimos que arreglarlo. Y como el francés pierde la primera ronda porque ya no es fuerte (la batalla del Marne ha bombeado las reservas de energía), pero gana la segunda porque mantiene la forma, mi línea Maginot estaría en verso, pero esta vez se mantendrá. »
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Régis Debray
Señora H. |
Régis Debray
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« El bienestar recuperó sus derechos, lo que me introdujo en la distribución clásica de los roles en estas cruzadas una y otra vez. Los militares prometen la luna, los ministros caminan por Beijing, las gacetas siguen su ejemplo, y todos aplaudimos en ritmo, con buen corazón. El número le gusta, el público babea, y empezamos de nuevo. Suez, Argel, Bagdad, Kabul, Trípoli, mañana la secuela. »
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Régis Debray
Señora H. |
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